Artista y abogado del movimiento Tyler Whittenberg utiliza su pincel para desafiar los sistemas que criminalizan y confinan a la juventud negra. Su obra reciente, presentada en la La residencia artística de EJA Community HubEl Centro Comunitario EJA combina el arte visual, el simbolismo y el activismo para revelar las profundas estructuras de poder que conforman nuestros sistemas educativo y judicial.
A través de una poderosa serie de pinturas, Whittenberg invita a los espectadores a imaginar la liberación, no como un concepto abstracto, sino como una posibilidad viva, que respira. La doble identidad de Whittenberg como movimiento abogado y pintor informa cada trazo de su obra. Lleva años luchando para desmantelar el conducto que va de la escuela a la cárcelluchando por un un sistema educativo liberador enraizado en la autodeterminación negra. En el lienzo, estas luchas toman forma a través de simbolismo, contraste y teoría del colorcada capa construye una atmósfera emocional y política más profunda.
A principios del siglo XX, los transeúntes de Estados Unidos desarrollaron un lenguaje visual codificado: los signos de los vagabundos.signos de vagabundo-para comunicar mensajes vitales sobre el peligro y la oportunidad. Whittenberg reimagina esta lengua vernácula histórica como herramienta para la resistencia contemporánea. En sus manos, el cartel de vagabundo se convierte en una advertencia, un grito de guerra y una visión para la transformación.
En «código de conducta» (30 x 30 pulgadas, acrílico y óleo sobre lienzo)Whittenberg ancla la composición con el símbolo vagabundo de «hogar bien vigilado», que representa un edificio escolar fuertemente vigilado. La obra contrasta esta imagen con la señal de «barrio peligroso» en la esquina inferior derecha, una inquietante inversión que refleja cómo se criminaliza a los estudiantes dentro de instituciones que deberían protegerlos. Esparcidas por el lienzo hay otras advertencias codificadas: «cuidado con 12 perros», «sal rápido a la carretera», «querrán deshacerse de ti» y «aquí hay ladrones». Juntas, estas marcas hablan de la amenaza siempre presente de la vigilancia y el castigo en espacios destinados al crecimiento y la seguridad.
El cuadro «fair eastside high sin el bate» continúa esta exploración, invocando de nuevo los símbolos de «hogar bien vigilado» y «barrio peligroso». Aquí, sin embargo, se encuentran con un desafiante cuerpo negroamplificada y viva. La figura se enfrenta frontalmente a las metáforas visuales del oleoducto, encarnando la resistencia y la resiliencia que las comunidades cultivan frente a la violencia institucional.
En «receso o recesión» Whittenberg cambia el tono hacia la potenciación. Una figura negra aparece rodeada de símbolos de energía y amplificación, un «amplificador», una «batería», un «condensador electrolítico» y un «altavoz». Estos símbolos sugieren poder colectivo, haciéndose eco de la creencia de que cuando las personas se organizan y educan a sí mismas, generan la energía necesaria para desmantelar los sistemas opresivos.
A través de esta serie, Tyler Whittenberg tiende un puente entre lo histórico y lo actual, lo simbólico y lo estructural. Sus cuadros critican nuestros sistemas escolares al tiempo que trazan un camino mejor para avanzar. Al reactivar el lenguaje de los viajeros de hace un siglo, nos recuerda que nosotros también somos viajeros en un viaje compartido hacia la libertad.

